Jacinto B. Peynado
Este art?culo va dirigido fundamentalmente a aquellos dominicanos, entre los cuales me incluyo, que frecuentemente criticamos la manera en que manejamos o enfrentamos situaciones de crisis que se nos presentan, sean estas leves o severas. Cuando digo dominicanos, incluyo tanto a las autoridades como a los ciudadanos comunes, a los que dirigen y a los que son dirigidos, a los poderosos y tambi?n a los d?biles.
El s?bado 5 de enero, concluidas las vacaciones de Navidad, me prepar? para tomar el vuelo 1901 de American Airlines, partiendo desde Miami hacia Santo Domingo a las 5:00 p.m. Debido a los ataques terroristas de septiembre y los incidentes ocurridos, las l?neas a?reas recomiendan llegar tres horas antes del vuelo, y por el hecho de no haber pasado por la experiencia de abordar un avi?n comercial despu?s de las medidas tomadas por las autoridades y en inter?s de no perderlo, llegamos al aeropuerto a la 2:15 p.m., exactamente tres horas antes.
Para m? fue una agradable sorpresa ver c?mo todas las cosas negativas que me hab?an vaticinado que suceder?an, se negaban a convertirse en realidad. Entramos al ?rea del aeropuerto sin problemas, encontramos espacio para estacionar el veh?culo y descargar las maletas sin dilaci?n. Hab?a un maletero disponible y solamente tuvimos que esperar diez minutos en la fila para el chequeo de la aerol?nea. Nos atendi? una joven muy agradable que pregunt? si en alg?n momento hab?amos dejado el equipaje solo y al responder negativamente, procedi? a entregarnos los Boarding Pass y dirigirnos a la salida E- 21.
Al verificar la hora y ver que eran apenas las 2:25 p.m., nos dirigimos al ?rea de espera para ver si hab?a un Admirals Club y esperar all? las tres horas que faltaban para abordar.
Luego cambi? de parecer y decid? dirigirme directamente al ?rea de abordaje. Todav?a quedaban por delante los chequeos del equipaje de mano y personales, en los cuales seg?n algunos amigos, hab?a que quitarse los zapatos.
Nuestro calvario comenz? estando ya sentados en el avi?n, cuando por tercera vez la azafata anunci? que estaban a la espera de la bit?cora del vuelo (Log Book), en este libro, aparte de los datos de cada vuelo, se anotan todas las anomal?as que ocurren y se le entrega al departamento de mantenimiento al concluir el mismo. Posteriormente y antes de partir, se le devuelve a la tripulaci?n de vuelo.
Cuando finalmente apareci? la bit?cora, una mujer, quien se identific? como la capitana del avi?n, se coloc? en el ?rea desde donde usualmente hablan las azafatas para dar las instrucciones, y tomando el micr?fono se dirigi? a los pasajeros. Creo que esta es la primera vez que veo al piloto al mando de una aeronave dirigirse a los pasajeros desde la entrada al ?rea de primera clase.
La capitana dispuso que los ba?os del ?rea de primera clase no pod?an ser utilizados, ya que ella no quer?a personas cerca de la cabina de mando. Tampoco permitir?a que m?s de dos personas estuviesen esperando turno cerca de los otros ba?os y solicit? que el que no tuviese necesidad de movilizarse se quedara amarrado en su asiento.
La azafata que traduc?a al espa?ol las palabras de la capitana, agreg? y quit? cosas a lo dicho por su jefa. Entre las cosas que dijo fue que todo esto obedec?a a que los Estados Unidos estaban en guerra.
Posteriormente la capitana reapareci? y tomando el micr?fono se dirigi? a los pasajeros. Esta vez el anuncio fue que el piloto del vuelo anterior hab?a indicado en la bit?cora un sobrecalentamiento en una de las turbinas, pero que no precis? el tiempo de duraci?n, lo cual era esencial para poder realizar el vuelo. Que se estaba tratando de localizar al piloto para preguntarle y si no aparec?a habr?a que buscar otro avi?n o esperar tres horas en lo que se verificaba el problema en nuestro avi?n.
Con la calefacci?n puesta a una alta temperatura y sin ni siquiera brindar un vaso de agua, esperamos pacientemente que se resolviera la situaci?n. Unos quince minutos despu?s nos pidieron bajar del avi?n y dirigirnos a la puerta E-30. All?, en 10 minutos llegar?a otro avi?n, el cual nos traer?a a Santo Domingo. Salimos del avi?n y fuimos al ?rea de espera para la puerta E-30 y efectivamente al poco tiempo lleg? el avi?n y comenzaron a prepararlo, indicando en la pizarra electr?nica que la partida ser?a a las 7:30 p.m. Cuando todo estaba listo, una conmoci?n en el mostrador de la puerta E-30 me hizo poner atenci?n a lo que estaba sucediendo. Para ponerme al d?a de lo que acontec?a, pregunt? qu? pasaba a un amigo que desde hacia rato me cuestionaba del porqu? American Airlines es la ?nica l?nea que pr?cticamente, salvo algunas excepciones, ejerce casi un monopolio sobre los vuelos internacionales.
La respuesta fue que por alg?n motivo u otro, la capitana se negaba a realizar el vuelo. Unos dec?an que era por el hecho de haber sobrepasado el n?mero de horas l?mite por d?a que tienen los pilotos para poder realizar vuelos. Otros dec?an que era porque no estuvo conforme con las condiciones del avi?n y por ?ltimo corri? un nuevo rumor: el problema era causado por el hecho de que una avioneta se hab?a estrellado contra un edificio en la ciudad de Tampa, Florida.
Cerca de las 8:00 p.m., la capitana se retir? y los empleados del mostrador anunciaron que otra tripulaci?n estaba en camino.
La hora de salida en la pizarra electr?nica fue cambiada para las 9:00 p.m., minutos despu?s para las 9:15, 9:30 y 10:00 sucesivamente.
A las 9:30 al ver que no hab?a ning?n movimiento que indicara que efectivamente el vuelo saldr?a a las 10:00 p.m. muchos pasajeros optaron por pedir que sacasen sus maletas del avi?n, mientras otros insist?an en que se les hablara claro. En el ?nterin, American ofreci? pagar la cena de los pasajeros, los cuales ten?an la opci?n de un pedazo de pizza o un perro caliente con refresco, jugo o agua.
Despu?s de la cena, nuevamente muchos de los pasajeros volvieron a la carga, insistiendo en que se les confirmara la hora de salida, logrando esta vez que la encargada del mostrador perdiera los estribos y optara por llamar a un militar vestido de camuflaje y portando un imponente M-16 para calmar los ?nimos. despu?s, a petici?n del soldado, otro compa?ero se aperson? al mostrador para ayudar a controlar la situaci?n.
La presencia de los militares tuvo su efecto y los ?nimos se calmaron. La espera continu? y finalmente apareci? el copiloto, quien despu?s de conversar con el personal del mostrador autoriz? abordar la aeronave. A?n as? hubo algunos pasajeros que decidieron esperar y presenciar la llegada del resto de la tripulaci?n. Al llegar ?stos, el resto de los pasajeros abord? y a las 10:45 de la noche, con cinco horas y minutos de atraso y las mentes de los pasajeros llenas de aprensiones y dudas, despegamos.
Nuestra compensaci?n fue un magn?fico vuelo de 1:35 minutos de duraci?n y una suculenta cena para los pasajeros de primera clase, consistente en una fundita de man? y un refresco.
Al amigo que pregunt? porqu? s?lo American? Te digo ahorita.
El Autor es ex Vicepresidente de la Rep?blica
LISTIN DIARIO (LA OPINION)11-01-02
Este art?culo va dirigido fundamentalmente a aquellos dominicanos, entre los cuales me incluyo, que frecuentemente criticamos la manera en que manejamos o enfrentamos situaciones de crisis que se nos presentan, sean estas leves o severas. Cuando digo dominicanos, incluyo tanto a las autoridades como a los ciudadanos comunes, a los que dirigen y a los que son dirigidos, a los poderosos y tambi?n a los d?biles.
El s?bado 5 de enero, concluidas las vacaciones de Navidad, me prepar? para tomar el vuelo 1901 de American Airlines, partiendo desde Miami hacia Santo Domingo a las 5:00 p.m. Debido a los ataques terroristas de septiembre y los incidentes ocurridos, las l?neas a?reas recomiendan llegar tres horas antes del vuelo, y por el hecho de no haber pasado por la experiencia de abordar un avi?n comercial despu?s de las medidas tomadas por las autoridades y en inter?s de no perderlo, llegamos al aeropuerto a la 2:15 p.m., exactamente tres horas antes.
Para m? fue una agradable sorpresa ver c?mo todas las cosas negativas que me hab?an vaticinado que suceder?an, se negaban a convertirse en realidad. Entramos al ?rea del aeropuerto sin problemas, encontramos espacio para estacionar el veh?culo y descargar las maletas sin dilaci?n. Hab?a un maletero disponible y solamente tuvimos que esperar diez minutos en la fila para el chequeo de la aerol?nea. Nos atendi? una joven muy agradable que pregunt? si en alg?n momento hab?amos dejado el equipaje solo y al responder negativamente, procedi? a entregarnos los Boarding Pass y dirigirnos a la salida E- 21.
Al verificar la hora y ver que eran apenas las 2:25 p.m., nos dirigimos al ?rea de espera para ver si hab?a un Admirals Club y esperar all? las tres horas que faltaban para abordar.
Luego cambi? de parecer y decid? dirigirme directamente al ?rea de abordaje. Todav?a quedaban por delante los chequeos del equipaje de mano y personales, en los cuales seg?n algunos amigos, hab?a que quitarse los zapatos.
Nuestro calvario comenz? estando ya sentados en el avi?n, cuando por tercera vez la azafata anunci? que estaban a la espera de la bit?cora del vuelo (Log Book), en este libro, aparte de los datos de cada vuelo, se anotan todas las anomal?as que ocurren y se le entrega al departamento de mantenimiento al concluir el mismo. Posteriormente y antes de partir, se le devuelve a la tripulaci?n de vuelo.
Cuando finalmente apareci? la bit?cora, una mujer, quien se identific? como la capitana del avi?n, se coloc? en el ?rea desde donde usualmente hablan las azafatas para dar las instrucciones, y tomando el micr?fono se dirigi? a los pasajeros. Creo que esta es la primera vez que veo al piloto al mando de una aeronave dirigirse a los pasajeros desde la entrada al ?rea de primera clase.
La capitana dispuso que los ba?os del ?rea de primera clase no pod?an ser utilizados, ya que ella no quer?a personas cerca de la cabina de mando. Tampoco permitir?a que m?s de dos personas estuviesen esperando turno cerca de los otros ba?os y solicit? que el que no tuviese necesidad de movilizarse se quedara amarrado en su asiento.
La azafata que traduc?a al espa?ol las palabras de la capitana, agreg? y quit? cosas a lo dicho por su jefa. Entre las cosas que dijo fue que todo esto obedec?a a que los Estados Unidos estaban en guerra.
Posteriormente la capitana reapareci? y tomando el micr?fono se dirigi? a los pasajeros. Esta vez el anuncio fue que el piloto del vuelo anterior hab?a indicado en la bit?cora un sobrecalentamiento en una de las turbinas, pero que no precis? el tiempo de duraci?n, lo cual era esencial para poder realizar el vuelo. Que se estaba tratando de localizar al piloto para preguntarle y si no aparec?a habr?a que buscar otro avi?n o esperar tres horas en lo que se verificaba el problema en nuestro avi?n.
Con la calefacci?n puesta a una alta temperatura y sin ni siquiera brindar un vaso de agua, esperamos pacientemente que se resolviera la situaci?n. Unos quince minutos despu?s nos pidieron bajar del avi?n y dirigirnos a la puerta E-30. All?, en 10 minutos llegar?a otro avi?n, el cual nos traer?a a Santo Domingo. Salimos del avi?n y fuimos al ?rea de espera para la puerta E-30 y efectivamente al poco tiempo lleg? el avi?n y comenzaron a prepararlo, indicando en la pizarra electr?nica que la partida ser?a a las 7:30 p.m. Cuando todo estaba listo, una conmoci?n en el mostrador de la puerta E-30 me hizo poner atenci?n a lo que estaba sucediendo. Para ponerme al d?a de lo que acontec?a, pregunt? qu? pasaba a un amigo que desde hacia rato me cuestionaba del porqu? American Airlines es la ?nica l?nea que pr?cticamente, salvo algunas excepciones, ejerce casi un monopolio sobre los vuelos internacionales.
La respuesta fue que por alg?n motivo u otro, la capitana se negaba a realizar el vuelo. Unos dec?an que era por el hecho de haber sobrepasado el n?mero de horas l?mite por d?a que tienen los pilotos para poder realizar vuelos. Otros dec?an que era porque no estuvo conforme con las condiciones del avi?n y por ?ltimo corri? un nuevo rumor: el problema era causado por el hecho de que una avioneta se hab?a estrellado contra un edificio en la ciudad de Tampa, Florida.
Cerca de las 8:00 p.m., la capitana se retir? y los empleados del mostrador anunciaron que otra tripulaci?n estaba en camino.
La hora de salida en la pizarra electr?nica fue cambiada para las 9:00 p.m., minutos despu?s para las 9:15, 9:30 y 10:00 sucesivamente.
A las 9:30 al ver que no hab?a ning?n movimiento que indicara que efectivamente el vuelo saldr?a a las 10:00 p.m. muchos pasajeros optaron por pedir que sacasen sus maletas del avi?n, mientras otros insist?an en que se les hablara claro. En el ?nterin, American ofreci? pagar la cena de los pasajeros, los cuales ten?an la opci?n de un pedazo de pizza o un perro caliente con refresco, jugo o agua.
Despu?s de la cena, nuevamente muchos de los pasajeros volvieron a la carga, insistiendo en que se les confirmara la hora de salida, logrando esta vez que la encargada del mostrador perdiera los estribos y optara por llamar a un militar vestido de camuflaje y portando un imponente M-16 para calmar los ?nimos. despu?s, a petici?n del soldado, otro compa?ero se aperson? al mostrador para ayudar a controlar la situaci?n.
La presencia de los militares tuvo su efecto y los ?nimos se calmaron. La espera continu? y finalmente apareci? el copiloto, quien despu?s de conversar con el personal del mostrador autoriz? abordar la aeronave. A?n as? hubo algunos pasajeros que decidieron esperar y presenciar la llegada del resto de la tripulaci?n. Al llegar ?stos, el resto de los pasajeros abord? y a las 10:45 de la noche, con cinco horas y minutos de atraso y las mentes de los pasajeros llenas de aprensiones y dudas, despegamos.
Nuestra compensaci?n fue un magn?fico vuelo de 1:35 minutos de duraci?n y una suculenta cena para los pasajeros de primera clase, consistente en una fundita de man? y un refresco.
Al amigo que pregunt? porqu? s?lo American? Te digo ahorita.
El Autor es ex Vicepresidente de la Rep?blica
LISTIN DIARIO (LA OPINION)11-01-02