Reviving Haiti?s army is a bad idea

youngs_carta

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Oct 22, 2012
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A good article in english and espa?ol about the former military and the threat it poses to Haiti's population:


MIAMI HERALD: Reviving Haiti’s army would harm democracy - Other Views - MiamiHerald.com

Reviving Haiti?s army would harm democracy
BY JEB SPRAGUE
JHSPRAGUE@UMAIL.UCSB.EDU

Haiti?s government is making plans to revive the country?s disbanded army, an institution guilty of many of the worst crimes ever perpetrated in the country. At the same time, special police units have been used to drive earthquake victims out of camps.

While civil society and grassroots organizations in Haiti are campaigning against a return to the era of Duvalierist repression, people in the United States should be made aware of our government?s long history with that country?s military and security forces.

It started with the formation of Haiti?s modern military under the U.S. occupation between 1915-1934. The U.S. left only after ensuring the military could be relied on to continue the occupation by proxy. In the early 1960s, U.S. Marines trained the Tonton Macoutes, the dreaded paramilitary force of then dictator Francois ?Papa Doc? Duvalier.

When Duvalier?s son, Jean-Claude, took over in 1971, former U.S. marine instructors trained and equipped a brutal army corps called the Leopards. The instructors worked for a Miami company under CIA contract and U.S. State Department oversight.

The country?s worst human-rights abusers were driven underground with the inauguration of Haiti?s first democratically elected government in February 1991.

Only seven months later, however, military forces in the country ousted the country?s elected president, Jean-Bertrand Aristide. A new paramilitary organization, the FRAPH, launched a wave of terror.

After years of grassroots pressure on the United States and the United Nations to act, Haiti?s democracy was restored in 1994. The country?s army (entwined with the paramilitaries) was disbanded and judicial processes began. Yet U.S. diplomats pressured for the inclusion of some former Haitian military into important positions in the country?s new police force. As Human Rights Watch pointed out in a report at the time, the United States used sectors of Haiti?s revamped security forces against the country?s left-leaning grassroots movement.

By 2000, a group of former soldiers known as the ?Ecuadorians? (a group of cadets who had received training in Quito, Ecuador, benefiting from close relations with the United States) demonstrated how U.S. influence on Haiti?s security forces, far from reforming them, had had the opposite effect. In late 2000, this group launched a paramilitary war of attrition on Haiti.

Over time, others joined in support, including some of Haiti?s wealthiest textile factory owners, neo-Duvalierists, a handful of disloyal Haitian government officials, a clique within the Dominican foreign ministry and army, and very likely some kind of support from U.S. and French intelligence agencies ? as recently revealed through Freedom Of Information Act documents and interviews with participants.

Using the Dominican Republic as a base, paramilitaries were able to ramp up their murderous operations and, by 2004, played a key role in the coup that ousted Aristide?s second government.

Shortly afterwards, 400 members of the paramilitary force were inserted into a revamped police under close U.S., U.N. and OAS supervision. We now know this also from U.S. Embassy cables revealed through WikiLeaks.

In these cables there is some unease expressed by the U.S. Embassy about the paramilitaries ? but never was the basic policy questioned: that men who had perpetrated grave abuses and helped overthrow an elected government could be made into police officers rather than be held accountable for their crimes.

Following the 2010 earthquake and the controversial 2011 election of President Michel Martelly, a campaign has been launched to recreate the country?s army. France has offered to help finance it, while Brazil and Ecuador have offered to help with training.

Congress needs to increase its financial oversight of aid to Haiti making sure that the money appropriated for foreign relations goes to building, not undermining democracy, and justice, not impunity for Duvalierist criminals and their allies. It?s high time that U.S. citizens hold their own officials accountable for their actions in Haiti.

Jeb Sprague is the author of the new book, ?Paramilitarism and the Assault on Democracy in Haiti.? He is scheduled to speak at Books and Books in Miami on Sept. 27.


LA REPUBLICA: Reconstituir al ej?rcito har? que Hait? revierta a un pasado de 30 a?os atr?s | La Republica Online - Noticias Dominicanas e Internacionales

Reconstituir al ej?rcito har? que Hait? revierta a un pasado de 30 a?os atr?s
Por Jeb Sprague

El gobierno Haitiano est? haciendo planes para reconstituir al disuelto ej?rcito, una instituci?n responsable de muchos de los peores cr?menes cometidos en la historia del pa?s. Al mismo tiempo, el gobierno ha movilizado polic?as especiales para sacar de sus campamentos a los damnificados por el terremoto de 2010.

Mientras que la sociedad civil y las organizaciones populares en Hait? est?n haciendo campa?as en contra de un retorno a la ?poca represiva de la dictadura duvalierista, los ciudadanos de Estados Unidos y la Rep?blica Dominicana debemos ser conscientes de la larga historia de apoyo que han dado nuestros gobiernos a los militares y paramilitares de Hait?.

Todo comenz? con la formaci?n de un ej?rcito moderno durante la ocupaci?n de Hait? por EE.UU. entre 1915-1934. Los EE.UU. se replegaron de Hait? s?lo despu?s de asegurarse que los militares haitianos pod?an continuar la ocupaci?n. Un proceso similar, tambi?n de supervisi?n estadounidense, se produjo en el lado dominicano de La Espa?ola.

A principios de 1960, los marines entrenaron a los Tonton Macoutes, la fuerza paramilitar del notorio dictador Francois ?Papa Doc? Duvalier. Cuando el hijo de Duvalier, Jean-Claude, asumi? la presidencia en 1971, antiguos marinos entrenaron y equiparon a un brutal cuerpo del ej?rcito que se llamaba Los Leopardos. Los instructores trabajaban para una empresa de Miami, contratada por la CIA y supervisada por el Departamento de Estado.

Los peores paramilitares violadores de los derechos humanos, fueron lanzados a la clandestinidad con la inauguraci?n del primer gobierno de Hait? elegido democr?ticamente en febrero de 1991.

S?lo siete meses despu?s, las fuerzas militares derrocaron al presidente del pa?s, Jean-Bertrand Aristide. Una nueva organizaci?n paramilitar, FRAPH, lanz? una ola de terror, apoyada por la CIA.

Despu?s de a?os de presi?n popular sobre los Estados Unidos y las Naciones Unidas, la democracia de Hait? fue restaurada en 1994. Aristide disolvi? al ej?rcito (entrelazado con los paramilitares) y entabl? procesos judiciales contra los entes financieros y paramilitares. Esta fue la primera vez en la historia moderna de Hait?, que las fuerzas paramilitares no gozaron de impunidad.

Sin embargo, los diplom?ticos estadounidenses presionaron para la inclusi?n de algunos ex militares haitianos, en importantes cargos en la nueva fuerza policial del pa?s. Como lo se?al? Human Rights Watch en un informe, los Estados Unidos utilizaron sectores de las fuerzas de seguridad de Hait? para reprimir al movimiento popular en el pa?s, al mismo tiempo, que los ex militares durante d?cadas controlaban el narcotr?fico a trav?s de Hait?. Una vez disuelto el ejercito, un pu?ado de elites y ex-militares (algunos ahora dentro de la polic?a) compet?an por el control del tr?fico de la coca?na.

En el 2000 un grupo de estos ex militares conocidos como los ?ecuatorianos?, (un grupo de cadetes que hab?an recibido entrenamiento en Quito, Ecuador, benefici?ndose de una estrecha relaci?n con los Estados Unidos), demostraron c?mo la influencia de EE.UU. en las fuerzas de seguridad de Hait?, lejos de reformarlas, ha surtido el efecto contrario. A finales de 2000, este grupo paramilitar inici? ataques en Hait? con el fin de derrocar al Presidente Aristide nuevamente.

M?s tarde, otros se unieron a los paramilitares, entre ellos algunos de los m?s ricos l?deres empresariales de Hait? los cuales eran neo-duvalieristas, un peque?o grupo de funcionarios oportunistas dentro del gobierno haitiano, algunos sectores del Ministerio de Relaciones Exteriores dominicano y el ej?rcito dominicano. Tambi?n es probable que hubo alg?n tipo de apoyo de los EE.UU. y Francia a trav?s de las agencias de inteligencia ? tal como lo revelaron recientemente documentos desclasficados, recopilados a trav?s de la Ley de Libertad de Informaci?n de E.U. (FOIA), y entrevistas con los participantes.

Usando a Rep?blica Dominicana como base, los paramilitares fueron capaces de ampliar sus operativos criminales y en 2004, jugaron un papel clave en el golpe de Estado que derroc? al segundo gobierno de Aristide. La OEA y EE.UU. no hicieron nada para que la Rep?blica Dominicana extraditara o detuviera a los paramilitares haitianos que utilizaban el territorio dominicano.

Despu?s del golpe, los procesos judiciales contra los paramilitares fueron suspendidos. Los financieros de los escuadrones de la muerte gozaron de impunidad total. Poco despu?s, 400 miembros de la fuerza paramilitar se insertaron en una polic?a renovada bajo la supervisi?n del EE.UU., la ONU y la OEA. Ahora sabemos de esto tambi?n a trav?s de los cables secretos de la embajada de EE.UU. publicados por Wikileaks.

En estos cables hay una cierta inquietud expresada por la embajada de los EE.UU. sobre los paramilitares, pero nunca se cuestion? la pol?tica b?sica: que los hombres que hab?an perpetrado cr?menes graves y ayudaron a derrocar a un gobierno democr?tico podr?an ser polic?as en vez de ser castigados por sus cr?menes.

Despu?s del terremoto de 2010 y la pol?mica elecci?n de 2011 el presidente Michel Martelly (un aliado duvalierista), se ha creado una campa?a para reconstituir al ej?rcito del pa?s. Francia se ha ofrecido a ayudar a financiarla, mientras que Brasil y Ecuador se han ofrecido a ayudar con el entrenamiento.

Recientes estudios cient?ficos realizado por las ONG en Hait? muestran que el 97 por ciento de la poblaci?n en general est? en desacuerdo o muy en desacuerdo con la reconstituci?n del ej?rcito. El pueblo de Hait? conoce la historia de la brutalidad del ej?rcito y paramilitares en el pa?s.

Ya es hora que los ciudadanos estadounidenses y de otros pa?ses, vigilen mucho mejor lo que hacen sus gobiernos en Hait?. El Congreso de EE.UU. debe aumentar la fiscalizacion de la ayuda econ?mica a Hait?, asegur?ndose que el dinero asignado para las relaciones exteriores no atente contra la democracia y la justicia, y no le otorgue mas impunidad a los criminales duvalieristas.

Los movimientos sociales en la Rep?blica Dominicana, al igual que en los EE.UU., necesitan reclamarles a las autoridades responsables, de sus delitos en el extranjero. Lo m?s importante es, que los movimientos populares en la Rep?blica Dominicana tienen que estar s?lidamente vinculados con el movimiento popular en Hait?, oponi?ndose a golpes de Estado y a la violencia paramilitar.

Jeb Sprague es el autor del nuevo libro, ?El Paramilitarismo y el Asalto a la Democracia en Hait?. Actualmente se est? trabajando en versiones en espa?ol y franc?s. Leer m?s aqu?: Paramilitarism and the Assault on Democracy in Haiti :: Monthly Review Press